Muchos
psicólogos afirman que el optimismo es el camino más corto hacia la felicidad
¿Se nace o se hace un optimista?
¿Se puede llegar a ser optimista con el paso del tiempo?
¿Qué implica ser optimista?
Si buscamos en el diccionario el significado de optimismo, rápidamente encontramos que es "la propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable".
Un
ejemplo que se suele poner a la hora de hablar de optimismo vs. pesimismo entre
la población, es mostrar un vaso perfectamente mediado y preguntarle a la otra
persona cómo lo ve, mitad vacío o mitad lleno.
La respuesta que obtenemos de esto, podría indicarnos cómo es su forma de ver
la vida: El optimista prestaría mayor atención en lo que está dentro del vaso,
lo vería como medio lleno, mientras que el pesimista se fijaría en aquella
parte que le falta, en el vacío.
Podríamos decir que son
dos formas muy diferentes de ver la vida. El pesimista se derrumba y se siente impotente ante
la adversidad, mientras que el optimista enfrenta estos golpes como verdaderos
desafíos temporales y reversibles.
¿Se puede aprender a ser optimista?
Desde el surgimiento de
la Psicología Positiva con Martin Seligman, no ha dejado de
investigarse lo que supone ser optimista en la vida de un individuo, qué
factores son los que pueden llevarlo a ello y qué es lo que hace que unas
personas tengan tendencia al optimismo y otras no.
La
principal razón por la que se ha estudiado acerca del optimismo es porque se ha
demostrado que las personas que son optimistas son mucho más felices porque
miran el mundo con mejores ojos. Este hecho hace que sean menos propensos a la
hora de sufrir enfermedades e incluso, tengan muchas más probabilidades de
disfrutar del éxito en los diferentes ámbitos de su vida.
Si nos centramos en la
pregunta, muchos profesionales de la salud mental afirman que el optimismo
puede llegar a aprenderse, el mismo Seligman decía que "Hasta
las personas más cínicas son capaces de aprender optimismo y mejorar sus
vidas."
A su vez, la investigadora estadounidense Carol
Dweck, también opina que el optimismo puede aprenderse.
Considera que el optimismo está al alcance de todos con sólo adoptar lo que
ella define como "mentalidad del cambio":
tener conciencia de que somos personas cambiantes, que crecemos cada vez que
nos arriesgamos a aprender algo nuevo y que el optimismo incrementa cuando uno
se da cuenta de que es dueño de su destino.
La mejor manera de
criar optimistas es educando a los chicos y los jóvenes con una" mentalidad de
crecimiento": aumentar su autoconfianza felicitándolos por
sus esfuerzos y no por sus logros.
Algunos
autores han llegado a afirmar que a pesar de que el optimista es mucho más
feliz, no implica que esté viendo toda la realidad existente, si no que la
sesga de tal manera que ve aquello que quiere ver o simplemente presta más
atención en aquello que le produce mayor bienestar.
Esto implicaría que
aquellos que denominamos como personas "pesimistas" serían las
personas que ven la realidad tal cual es, podríamos decir que los pesimistas
suelen ser personas más realistas.
Esto implica que no es sólo que vean un vaso medio vacío o medio lleno, es que
la realidad es que está medio vacío, de la misma manera que está medio lleno.
Estas afirmaciones no serían
contradictorias a los estudios mostrados, si tenemos que elegir es mucho mejor
ser optimista ya que veremos la vida en "color de rosa" y estaremos
predispuestos a que las cosas siempre vayan hacia mejor.
Myriam Pavón
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